Siempre nos quedará Cercedilla!

Para esos fines de semana en que el cansancio y la ardua vida social complican eso de rodar, pero uno siente esas irresistibles ganas de agarrar el manillar y llenar los pulmones del aire fresco de la montaña… siempre nos quedará Cercedilla!

Tres comadres rajando :)

 Así surgió este plan casi en el último momento, pero con buena acogida. Al final logramos reunirnos seis compis de camino en el tren, a los cuales se unirían en la estación de Cercedilla Claire y Guille, a los que conocería después de intercambiar algunos mensajitos por el Foro, qué ganitas de por fin ponernos “cara”!

Comenzamos la travesía guiados por Josean que recordaba un camino que hicimos con Felipe en su día  “con alguna variante para no perder cota y hacerlo más disfrutón”. Aunque la idea sonaba claramente a zarzas y pedrolos, decidimos aventurarnos, que con tan buena compañía en un día primaveral, perdernos un poquitín no sería ningún problema. 

Pero en esta ocasión no hubo tanta aventura, ya que al final nos pasamos el desvío y seguimos por la ruta tradicional de camino a la carretera, donde ya nos esperaban los compis alternativos que se habían coordinado con Julio para subir juntos hasta la Fuenfría y luego hacer una bajadita “interesante” (debo confesar que el look culotte largo sobre pirata multibolsillo y protecciones de estos chicos me hacían temer lo peor de esa bajada).

Tras los saludos de rigor seguimos camino arriba estirando el pelotón, lo cual fue una buena oportunidad para ponerse al día con los compis y conocer a los recién llegados, quienes por cierto demostraron tener tremendo fondo físico (había que ver cómo Claire me marcaba el ritmo mientras hablábamos del Tourmalet y los chilaquiles mexicanos). Esperamos un poquito a María y Elisa que venían en la retaguardia y seguimos para arriba hasta el mirador de los poetas, donde ya es tradición tomar el primer refrigerio.

Siguiendo el camino nos encontramos poquitísimos rastros de nieve, así que no nos costó mucho llegar hasta lo ato de la Fuenfría, donde aprovechamos el único montoncito de nieve para tomar esta foto de lo más resultona con el grupo entero. 

La LaPierre ha desaparecido!!!!

 

En la bajada decidimos separarnos: Claire, Elisa e Iñaqui se irían por pista, mientras los demás probaríamos suerte por la vereda alta, que resultó estar de lo más disfrutona!... 

Al final los dos grupos llegamos casi al mismo tiempo al bar de Helios, donde nos pillamos mesa en la terraza con un solecito que invitaba claramente a tomar una cerveza bien fresquita.

Y en eso estábamos cuando nos dimos cuenta que teníamos encima el horario del tren, así que tuvimos que salir pitando, empinando a fondo el vaso y dejando a María y Julio solitos ante aquel caos… pero creemos que el buen chuletón que os esperaba lo valía, jeje!! (gracias chicos!)

Los que regresamos en tren hicimos avituallamiento en el vagón y luego despedimos a Claire y a Guille en una estación que creímos próxima a su casa, pero creo que no acertamos… esperemos que no nos lo tengan muy en cuenta y regresen pronto a rodar con nosotros.

 Al resto se nos hizo raro llegar a Madrid a tiempo para comer y hasta echar un poco de siesta! Entonces pensamos, pero qué bien hemos aprovechado la mañana... y lo que nos queda de día!!...