Tras unas semanas de frío intenso, por fin el tiempo nos
daba un poco de tregua para subir a la sierra y con suerte (pensábamos)
encontrar nieve. Así salimos un grupo bien nutrido de aventureros rumbo a la
Pedriza, con la ilusión de llegar hasta lo alto de la Nava, aunque lo iríamos
viendo sobre la marcha, ya que algunos todavía sentíamos el rigor de la
master class de spinning del día anterior.
Mucha alegría nos dio contar con la reincorporación de
Julio, que nos tenía un poco abandonados por los estudios, así como de José
Carlos, Fausto y también contar con una nueva pareja de abonados a las
aventuras CDC: Elisa y Javi, que acudieron acompañados por su amiga Sole, una
montañera aguerrida que hace años no montaba en bici, pero iba con las pilas a
tope.
Comenzamos con una subida por la carrtera y ya
sentimos que nos sobra ropa. Al poco el primer percance, un reventón del neumático de Josean
que nos sirve para tomar aire y a Ramón para empezar a comer (¿Dónde meterá
este chico tanta comida?).
Ahora si comienza lo bueno: una subida continua, sin prisa
pero sin pausa, en la que el pelotón se estira. Aquí Sole
despega como un cohete y pensamos "menos mal que llevaba años
sin tomar la bici"… lo cual demuestra que la montaña da un fondo físico
tremendo.
Tras una bajadita que nos sabe a poco y sirve para
reagruparnos sigue más cuesta, menos empinada pero con el terreno mas
embarrado, ya se notan los primeros restos de nieve. El camino no
tiene pérdida, así que de nuevo agarramos cada uno nuestro ritmo. Por delante
Fausto, Jose Carlos y Josean… y en la retaguardia Elisa
acompañada de Javi lo va dando todo sin perder por un momento la sonrisa… ánimo
campeona!
El rigor del frío ya se siente en la umbría, pero vamos con
el corazón a tope. Las primeras
capitas de nieve crujen con el paso de la rueda y poco a poco van apareciendo
montones más grandes que se esquivan fácilmente. La cuesta se nos hace larga y poco a poco
nos vamos encontrando haciendo paradas para darle una mordida al plátano… hasta
que por fin llegamos al mirador!!
Al reagruparnos nos dicen que Sole ha decidido regresar
cuando casi estaba a punto de llegar, qué poquito le faltó!... pero ya habrá
más rutas por compartir. El resto aprovechamos para descansar viendo el paisaje
nevado y comer algunas nueces que Javi muy amablemente cascaba para sus compañeros.
El viento nos obligó a ponernos pronto en marcha y de bajada
encontramos más placas de hielo y nieve, así que íbamos con cuidadito y sin dejar
de pedalear, hasta que de tanta nieve ya era imposible ir sobre la bici. De
cualquier manera, seguimos intentándolo entre los huecos de tierra y las
roderas marcadas que ponían a prueba el equilibrio.
De los deslices y caídas perdimos la cuenta, pero afortunadamente caíamos en blandito. Al final decidimos dejar atrás el desvío para
subir a la Nava, ya que el camino era imposible de rodar. Unas últimas
cuestas donde ya sentíamos el rigor de la cubierta pegándose al barro y por fin todo para
abajo por las “zetas” hasta el aparcamiento. Un último estirón de subida por
la carretera para llegar a los coches y lo logramos!!!
Todos enteritos, algunos medio mojados pero muy contentos. En
esta ocasión no pude quedarme a la opcional pero creo haber escuchado de unos
buenos calditos que ya reseñarán los compis en los comentarios…
Genial la crónica Gaby!!
ResponderEliminarLos calditos estupendos! Y la compañía más!
L@s cronistas de este blog, tenéis nivel como para escribir crónicas para el Marca. Muy buena Gaby.
ResponderEliminarPor cierto en la opcional a parte del caldo, camparon a sus anchas por la mesa huevos con patatas acompañados de panceta, chorizo, morcilla y un par de codillos que si por mí fuera no quedaban ni los huesos.¡ah! y un café de puchero super reconfortante, vamos ¡¡con fundamento!!
Y el grupo como siempre de puro lujo, vamos para repetir.
Que buena crónica Gaby! Reviviendo estoy la subida, el solecito, la nieve y, por supuesto, el caldo y los huevos con morcilla.
ResponderEliminarLástima que Sole no llegará arriba porque iba como una moto.
Estoy intrigada por saber si Elisa ya le ha quitado los plastiquitos a la bici...
Creo que si!!.. y dentro de pronto la veremos con los automáticos puestos :)
Eliminarempiezo a pensar que más que para el soplao nos preparamos para una hambruna, jajaja!
ResponderEliminar“comer más para rodar” o “rodar para comer más”… ahí está el dilema!, jaja!!.. pero bueno, la idea de Javi de juntarnos para hablar de alimentación deportiva y otros menesteres previos al Soplao estaría genial.. ya lo iremos comentando
ResponderEliminar¿qué os parece comer y rodar sin que una cosa condicione la otra y disfrutando de las dos?
EliminarNo paráis, no paráis, y ahora el soplao!!!! Miedo me dais, espero tengáis piedad de mí en la próxima rutilla.
ResponderEliminarSalu2
Javi
Genial Crónica Gaby!! Me ha encantao leerte!
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