CERCEDILLA INVERSE

Oficialmente ha llegado el buen tiempo, que digo, ¡Madrid está que arde! Afortunadamente el fin de semana las nubes nos dieron tregua, lo cual nos vino de maravilla para hacer una ruta disfrutona después de tanto entrenamiento previo al Soplao. Así salimos tempranito de la estación de Cercedilla pensando en terminar el recorrido con desnivel acumulado negativo y muchas calorías de más gracias a un prometedor colofón al final de la ruta.

 

Animados por tan buen plan, quedamos Javi alias “Curioso – quiero una cerveza”, Toño ejerciendo de “gadget-man” y nuestra prometedora estrella invitada recién desempacada de tierras escocesas: Carlota, mejor conocida como “Wanaka”. Un pelotón tan pequeño como animoso, que se encomendó al poder satelital del móvil de Antonio para seguir el camino.

Comenzamos bajando laaargo y tendido, pronto dejamos atrás el pueblo de Cercedilla y de repenteeeeeeeeee zazzz! cadena rota, si es que ya no las hacen como antes, jeje!! Afortunadamente Popu traía un eslabón rápido y lo colocamos enseguida (moraleja: llevar uno siempre en la mochila que no pensan na’a y te salvan la vida).

Seguimos cruzando los pueblos de la sierra, dejando atrás estaciones de Cercanías y terracitas al sol con cerveza bien fresquita… qué tentación!.. Pero teníamos claro que había que llegar a Torrelodones, y luego hasta Madrid!... bueno, eso lo decidiríamos después de comer que no había razón para precipitarse.

En la primera parte del camino tuvimos un poco de todo: vías pecuarias, senderillos más estrechitos entre los árboles, bajaditas divertidas y algún repecho. Un sube y baja que al calorcito del mediodía nos puso a tono.

Llegamos a una parte corta pero exigente de subida, donde Javi se nos puso como un tomate y para colmo sus cambios no le iban del todo bien. Entre todos lo animamos recordándole las cervezas que le esperaban al llegar, lo cual daba un excelente resultado, ya que enseguida se ponía a cantar tan alegre como siempre.

Por fin llegamos a Hoyo de Manzanares. Con un poco de resquemor recordaba aquellos caminos llenos de pedrolos gigantes y saltos imposibles, pero esta vez Popu nos llevó por un camino totalmente diferente, disfrutón donde los haya!... bajaditas con saltos asequibles perfectos para irse soltando, senderitos estrechitos con sube y bajas constantes y bajadas de puro flow entre los matorrales que nos dejaron como sin nos hubiera atacado un tigre … Carlota sacó ese lado oscuro que lleva dentro y con su Specialized rígida y sin automáticos bajó con total soltura, qué crack!

En menos de lo que imaginamos ya veíamos el famoso cartel del Casino de Torrelodones, pero como había que hacer tiempo antes de llegar a la meta, nuestro guía decidió lanzarnos un nuevo reto de bajada para terminar de completar esa sesión de fotos en acción que nos hizo.

"Ay que no saliste..."

El último esfuerzo de riñones lo hicimos remontando las calles del barrio que a ratos nos dejaban un suave olor a barbacoa… vamos, que si había que hacer hambre y tener delirios con unas cervecitas bien heladas, lo habíamos conseguido de sobra.

En la recta final Toño aceleró por ese camino de sobra conocido y en un “pis-plas” llegamos a “La Cúpula”, nuestra meta!!!... que nos esperaba con un increíble olor a pizza recién hecha.

Tuvimos suerte de pillar mesa en la terraza para brindar por todo lo alto por una mañana estupenda y la promesa de seguir recorriendo más y más caminos… A pesar del postre, creo que no logramos comer más calorías que las quemadas… pero de verdad lo intentamos!... Para consolarnos, regresamos tan contentos desparramados en los asientos del tren de Cercanías, jaja!!..

¡Hasta la próxima!