17 de abril de 2011

Asturias y los pastores eléctricos

Gracias al Olympique de Marsella llegamos al fin de semana donde tocaba pagar la apuesta perdida. Si, perdí una apuesta donde esperaba que el Olympique eliminase al Madrid en Octavos de la Champions y no fue así. La apuesta consistía en que el perdedor pagaba un fin de semana de escapada con las bicis (o sin ellas) para dos. Las condiciones era que la elección, gestión y desarrollo del viaje corrían por cuenta del perdedor y el ganador no sabría nada hasta llegar al destino.


Así que me toco invertir tiempo en buscar sitios, alojamientos, mirar el tiempo, mirar rutas, sitios donde comer y aguantarme las ganas de preguntar “que te parece esto?”, “playa o montaña?”, “norte o sur?”

La primera opción que había barajado era Cazorla, pero el alojamiento estaba completo para el sitio que había elegido, así que mire para el norte y recordé un sitio en Asturias que me habían recomendado de hace un par de años. Así que se juntó el hambre con las ganas de comer. Pregunté a amigos por rutas, sitios para comer, dudas acerca del alojamiento y con tanta buena información y con las ganas que tenía de conocer Asturias pues la decisión fue fácil. El sitio elegido fue el apartahotel La Llobera, en el pueblo de Pendueles, tan solo a 10 km de Llanes.



El sitio es muy majo y el chico que lo lleva también. Durante el camino me llamo un par de veces para ver por dónde íbamos, dando indicaciones. Nos dejaron espacio para guardar y lavar las bicis y para aparcar el coche.



Salimos de Madrid el viernes con la idea de hacer una ruta larga el sábado para seguir nuestra preparación para el Soplao y una rutita de paseo el domingo que me habían recomendado amigos y la cual parecía que podría estar muy bonita.

Como la ruta del sábado iba a ser larga, nos aprovisionamos de pan y lomo adobado (que por cierto estaba de mueeeertee!) con la intención de salir muy tempranito para evitar que nos cayera la noche e ir tranquilitos a nuestra bola. Suena el despertador a las 7. El día de antes salimos a cenar un churrasco de cordero de chuparse los dedos y lo acompañamos de un buen vino. Nos vestimos de romanos y veo que Laurix no está muy por la labor de madrugar y me temo que mucho menos de un palizón. Además, debido a su última mudanza no ha podido entrenarse como quisiera y la ruta propuesta tenía mucha miga. Dicho esto, decidimos dormir un poco más y salir más tarde a hacer la ruta propuesta para el domingo en plan paseo.

La ruta que decidimos hacer es una propuesta de un amigo que nos llevara por la senda costera principalmente. Visitando playas, barrancos, miradores, praderas, vistas y hasta un sitio para parar a comer! Pues bien, a eso de las 11.00 salimos de Pendueles, el día ha amanecido de lujo. Una brisa fresca, un sol radiante y muchas ganas de pasarlo bien.



Hacemos la ruta en sentido del reloj. Justo al lado de la casa sale un camino que nos lleva a la primera playa. Nuestra ruta no baja a esta primera playa, pero decidimos ir a visitarla. Nos quedamos en el mirador contemplando las vistas y haciendo unas cuantas fotos.


Vistas increíbles del mar rompiendo con mucha fuerza sobre las rocas y algo de viento nos animaba a continuar. Volvemos a la senda costera para ir al siguiente poblado y su respectiva playa, la playa de Buelna. Alguna gente está ya tomando el sol y bañándose! Seguimos nuestro camino por la senda para llegar a la Playa de Cobijeru. Nos encontramos una poza que nos hizo recordar aquella del verano en el viaje a Burgos.


Dejamos las bicis y nos metemos a una cueva que nos habían recomendado para ver como terminaba en los acantilados…así que nos adentramos para terminar escuchando y viendo cómo el mar entraba allí directamente!





Volviendo sobre nuestros pasos nos encontramos con una vaca que quería hacerse amiga nuestra, pero no terminaba de acercarse…así que continuamos, dejamos las vías del ferrocarril de la Feve en un puente que cruzamos por debajo y nos dirigimos hacia Pie de Monte. Aquí subimos un puertecillo y ya arriba, de nuevo un panorama increíble desde el mirador de Sierra Plana.


Después del momento barrita, de unas fotos y de contemplar los pueblos, las vistas, el mar salimos del mirador para continuar un tramito por carretera hasta salirnos a una pista que nos llevara por unas praderas de encanto especial. Estas praderas van entre vacas, caballos salvajes y unos bonitos paisajes. En algún momento se pierde el camino, pero las trazadas de las roderas nos indican por donde seguir.


Todo transcurría con mucho sol y algo de viento, hasta que llegamos a una zona bastante embarrada donde era imposible continuar encima de la bici, así que a empujar y mientras tanto…Ouch! ¿Qué ha sido eso? Descubrimos que los alambres sin espinas eran más dolorosos de lo que habíamos pensado: sueltan descargas eléctricas! Nos acordamos de la vaca y de unos cuantos seres más! Hemos descubierto lo que son los pastores eléctricos. Ahora entendemos porque no se salían los animales!


Dejando atrás el barrizal las praderas nos sorprendían con caballos y terneros, comenzamos a bajar un poquito entre una vegetación espinosa para llegar al Ídolo de Peña Tu (mira tú!). Nos tomamos otra barrita mientras contemplamos el estupendo paisaje y sentimos que empieza a hacer hambre. Decidimos tomar la barrita y un plátano y seguir para comer en alguna playa o un sitio mejor y descansar. Justo al salir del ídolo, nos toca la única bajada del día. Una bajada cortita y con piedras ante la cual Laurix no se siente en su día y la baja en parte a pie. 




Llegamos de nuevo a la carretera para buscar de nuevo la senda costera. Al llegar a la senda nos encontramos en el cruce que nos lleva a la izquierda a Llanes y a la derecha a Pendueles. Como no estamos cansados y no es muy tarde, decidimos tirar hacia Llanes. La senda costera es muy bonita y está muy bien cuidada. En este tramo, nos lleva a pasar el Rio Puron con su puente de madera, ver truchas enormes. En este sentido la senda tira un poco para arriba hacia el poblado de Andrin. Allí callejeamos un poco y subimos al mirador de Llanes. Descansamos un poco y tenemos ante nosotros o bien bajar por carretera o ir por un camino….supongo que ya se imaginaran por donde fuimos….jeje.



El camino es un continuo sube y baja. Bonitas vistas sí, pero rampas duras y Laurix se acuerda de mí y de todos mis tracks…jajaja. Nos vemos cuando empezaremos a bajar, porque cada vez vemos más lejos Llanes y el hambre hace mella. 



En una paradita para descansar, estamos en una mesa tipo área recreativa (la única en el camino) y viendo las vistas que tenemos de Llanes, decidimos parar a comer el bocata ahí. Nos sabe a gloria, recuperamos fuerzas y seguimos. En nada, nos encontramos con la bajada.









Una bajada rápida y empinada que nos lleva a una ermita muy chula, pero no sabemos su nombre. Seguimos bajando ya por una calle más fácil pero muy rápida. Nos damos cuenta que hemos bajado en nada con todo lo que nos costó subir!




Había visto desde arriba que para volver sería más fácil ir por un carril bici y la carretera, ya que parece que no sube mucho. Al entrar en Llanes, decidimos pasarnos por el centrito del pueblo. Es súper chulo y andamos en búsqueda y captura del postre. 


Así que paradita de helado y café y lotería! A ver si hay suerte! Callejeamos por Llanes para llegar al carril bici y subir por la carretera. Solo tiene una parte durilla pero la pasamos rápidamente. Casi al llegar de nuevo al mirador, nos damos cuenta que Laurix va pinchada. Así que toca cambiar cámara. Nos ponemos a ello y al recoger todo….miro y le pregunto “Que cámara hemos puesto?”. Ohh problema! Hemos puesto la misma cámara pinchada! Después de unas risas y prisas (porque se dejan ver unas nubes que vienen de las montañas) volvemos a cambiarla y esta vez si ponemos la buena.     



Bajamos de nuevo a Andrin por la senda y se nota que al contrario tira para arriba, porque vamos a buen ritmo. En nada llegamos de nuevo al cruce que nos lleva a Pendueles y seguimos rápido dando pedales. Eso sí…paramos a ver los bufones de Arenillas que nos dejan asombrados de lo que la naturaleza puede hacer. Escuchar cómo rompe el mar contra las rocas sin siquiera verlo! 


Dejamos atrás los bufones y seguimos por la senda hacia Pendueles. Marcamos un buen tiempo porque las vistas y la pequeña pendiente hacia abajo nos invitan a ir a ritmo alegre. Con uno que otro repecho de por medio en nada nos plantamos en Pendueles para callejear hasta el apartamento rural donde nos alojamos….qué buen día pasamos!


Terminamos con un buen sabor de boca. Han sido 40 kilómetros. En casi 9 horas, pero lo que hemos visto, sentido y disfrutado hace que eso no tenga importancia


Dejamos las bicis, nos duchamos y nos vamos a cenar al pueblo de a lado, La Franca, para disfrutar de unas costillas de muerte en La Casa de Abajo, ahora si con una sidra como se merece.





El domingo toca la vuelta a Madrid, así que dormimos todo lo que queremos y más y volvemos a Madrid tranquilamente.


Ha sido un fin de semana estupendo! Hemos tomado nota de sitios, rutas y detalles del alojamiento para una próxima visita.


5 comentarios:

  1. Llamar poza a la playa de Gulpiyuri! Si te oye un asturiano...

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  2. Ahí no es playa porque no hay arena... y era una pozita....jejeje

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  3. La bajada de Peña Tú...qué envidia!

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  4. Wow!!.. qué chulada.. Antonio, quiero apostar contigo!!!... jaja!!!... ¿el próximo Madrid-Barça?... Qué bonitos paisajes!!

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