Tras unos días cargados de lluvia, todo parece indicar que la climatología dará tregua el fin de semana a este grupo de ciclistas, que arde en deseos de volver a las montañas. Ante este gran panorama buscamos un destino especial para disfrutar del otoño… y qué mejor lugar que el castañar del Tiemblo.
Así fue como el sábado pasado nos congregamos junto con los Chous, que aprovecharon el puente para escaparse a Madrid y compartir con nosotros esta jornada que ya marca el inicio de la preparación para esa gran meta llamada Soplao.
Ese día nos despertamos prontito y tras unos cuantos imprevistos con el portabicis de última hora, salimos por fin de Madrid rumbo a la localidad del Tiemblo, donde ya nos esperaba impaciente el resto del equipo.
a la entrada del 'Castañar de El Tiemblo' |
No tardamos demasiado en cruzar de nuevo la carretera para llegar al castañar. ¡Qué mágico ver de pronto aquellos árboles inmensos llenos de hojas verdes, ocres y amarillas!... Sin más demora nos metimos entre esos gigantes, no sin antes sacar la foto de rigor en aquel paraje de cuento.
Al andar por aquellos senderos sobre una alfombra de hojas secas, uno se siente completamente arropado bajo las enormes ramas de los castañares… y a pesar de la cantidad de senderistas que había, pocas veces he sentido tantas ganas de que el camino nunca acabe.
Y quizás algo similar sintió la mayoría, ya que hubo un momento en el que “aparcamos” al lado de un castaño solitario sin motivo alguno: unos dieron vueltas alrededor de él, otros se tumbaron en el tronco buscando una foto, alguno más se preguntaba qué sentido tenía todo aquello… una muestra clara de ese espíritu caótico que tanto nos caracteriza.
debajo de un castaño |
Tras un buen repecho, seguimos por divertidos senderitos cuesta abajo hasta Casillas: un pueblo de trazado empinado donde los haya. Se acercaba la hora del almuerzo, así que decidimos tomar la merienda en la plaza del pueblo, aprovechando el solecito de mediodía. Qué maravilloso degustar el bocata con cervecitas, selección “Premium” de frutos secos y todo tipo de delicias energéticas. Alguno en el éxtasis del momento casi se nos queda dormido… así que antes de quedarnos apalancados todos a media ruta, recogimos el campamento para enfrentarnos a la siguiente cuesta, esta vez por carretera.
En la plaza del pueblo de Casillas (no Belen, Iker no!) |
Afortunadamente el pedaleo por las calles cuesta arriba fue corto hasta retomar de nuevo el sendero por el campo… pero la dicha duró poco ya que todavía quedaba lo más duro de la jornada: unas cuestas que nos dejaron a más de uno sin aliento y con los riñones adoloridos, pero con la enorme satisfacción de haberlo logrado.
en el último puerto del día |
delante del Embalse de Burguillo |
HARIBO |
Hasta la próxima!!!
Chou - no tu no, el otro, no el otro digo. Queremos ver tus FOTOS!!! :)
ResponderEliminarGaby, otro relato fenomenal! Vas para el nobel de literatura (bloguera) :D
ResponderEliminarQue buena crónica Gaby!! Gracias!
ResponderEliminarLas fotos son geniales!!
Qué guay que os haya gustado!... más vale tarde que nunca, jeje!!!... la verdad que esta ruta fue muy muy bonita, y nos marcamos un buen desnivel!... A por la siguiente colegas!!!... Gaby Anonimus :)
ResponderEliminar¡Qué sonrisa se me reflejaba al recordar estos buenos momentos!
ResponderEliminarOjalá se repitan pronto.
Las fotos de Chou llegarán, aunque tendréis que esperar unos días...
Chou
Qué estupenda crónica y las fotos retocadas con color también! Estupendo leerte Gaby!
ResponderEliminar¿Cuándo repetimos?
ResponderEliminarMary, se te ve el plumero! :)
ResponderEliminarPreciosa la ruta, la crónica, las fotos.....
ResponderEliminarMi 29er está deseando rodar con el grupo de nuevo.
Saludos...........JAVI.
muy chula la ruta, y la compañía, y la climatología, y... y... y todo!
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